La aerolínea estadounidense Spirit Airlines se encuentra bajo escrutinio después de que, el pasado 21 de diciembre, un niño de seis años que viajaba solo fue colocado por error en un vuelo que lo llevó a un destino diferente al previsto. El menor, que debía llegar a Fort Myers, acabó en Orlando, a 400 kilómetros de su destino original.
Según informes locales, el niño abordó incorrectamente el vuelo en Filadelfia, Pensilvania. Un portavoz de Spirit Airlines emitió disculpas a la familia del menor y anunció una investigación interna para esclarecer lo sucedido.
La aerolínea asegura que el niño estuvo siempre bajo la supervisión del personal de Spirit y que, al percatarse del error, se pusieron en contacto con los familiares del menor para coordinar su reencuentro. La abuela del niño, María Ramos, expresó su angustia al enterarse de la situación cuando estaba esperando a su nieto en el aeropuerto de Fort Myers.
Este incidente no es el primero de este tipo. En 2016, JetBlue Airlines enfrentó una situación similar cuando entregaron por error a una madre un niño equivocado en el aeropuerto John F. Kennedy de Nueva York. Los casos como estos resaltan la importancia de una gestión cuidadosa y precisa en el manejo de menores que viajan solos para garantizar su seguridad y bienestar.
